El 23 de enero, realizamos el primero de una serie de webinars, diseñados para incluirlos en un viaje a diferentes partes del mundo en los que los miembros de SDIA están marcando diferencia en la vida de las personas. Cada mes, estaremos visitando un proyecto distinto para conocer acerca de las personas y las necesidades que definen su trabajo.
Nuestro primer viaje fue a la República Democrática del Congo (RDC), en donde fuimos amablemente recibidos por Salomon Dianteza Dimpiokia, Papy Kabondo y otros miembros del equipo de Susila Dharma Congo.
Ganando confianza y desarrollando profesionalismo
Dianteza (66) ha estado liderando SD (Susila Dharma) Congo, primero como su presidenta y ahora como su secretaria general, durante los últimos 10 años, y ha sido responsable de supervisar la construcción y operación de nuestros cuatro hospitales y centros de salud.
De acuerdo con Dianteza,
“Fue realmente importante construir un equipo creíble y profesional ante los ojos de los beneficiarios y también de los socios. Esto nos ha ganado la confianza de las administraciones a nivel local, provincial y nacional, abriendo el camino para una ayuda práctica del gobierno. Por ejemplo, conseguimos apoyo gubernamental para importar cosas como equipos y suministros de salud”.
“Al comienzo teníamos muy poco dinero, y tratamos de hacer todo nosotros mismos; así que cuando comenzó la construcción, por ejemplo, tratamos de ser el capataz, comprar los materiales, supervisar el trabajo y contratar a los trabajadores”.
“Ahora, con el tiempo, hemos aprendido que necesitamos contratar profesionales cuando no tenemos las competencias dentro de nuestra organización. Así, por ejemplo, ahora contamos con un contratista profesional que gestiona las obras y se encarga de todos los aspectos de la construcción”.
Cambiando la perspectiva de la comunidad
“Externamente, mirando fuera de la organización, notamos un desarrollo o cambio verdadero en las comunidades donde estábamos trabajando. Esto fue algo más allá de nuestra intención que tuvo que ver con la manera en que nos desempeñábamos, no sólo con el foco específico, que era la atención médica”.
“Por ejemplo, en la comunidad piloto de Lembu Imbu había mucho conflicto interno. Con el tiempo, y trabajando de una forma realmente tranquila y profesional, observamos que la armonía volvió a la comunidad y hubo menos conflicto”.
“En Kingantoko, el proyecto comenzó con la construcción de un centro Subud, percibida como una organización que llegó allí sólo para su propio beneficio, existiendo una relación hostil con la comunidad. Sin embargo, cuando el centro de salud fue construido la gente podía ver que los miembros Subud estaban trabajando por el bienestar de la comunidad circundante. También logramos entender sus recursos y aspiraciones – lo que necesitaban para escapar de la pobreza”.
“Como resultado, ahora estamos trabajando con ellos para desarrollar el aprendizaje y las habilidades que les ayudarán a incrementar sus ingresos. La educación es el siguiente paso, después de la atención sanitaria”.
Construyendo puentes y cumpliendo las promesas
“Nuestra tercera comunidad fue Nkandu, un área semi-rural que se expandió rápidamente llegando a estar urbanizada, pero sin ningún servicio social ni de salud”.
“Comprendimos el poder de tender puentes entre las autoridades locales y las estructuras dentro de la comunidad misma, pues aun cuando había experiencia a nivel administrativo, no se conectaba con el nivel comunitario.
“Pudimos facilitar aquello.
“En el caso de Kwilu Ngongo, antes que arribáramos nosotros una gran cantidad de ONGs habían llegado allí y hecho promesas jamás cumplidas. Al llegar enfrentamos mucho escepticismo sobre si realmente íbamos a cumplir.
“Pero con el tiempo la gente vio que Susila Dharma era consecuente – hicimos lo que dijimos que haríamos. Esto inspiró mucha confianza y respeto entre los socios de la comunidad, y eventualmente algunas personas de alto nivel se involucraron y supieron del trabajo de SD para abrir ese centro hospitalario en Kwilu Ngongo. Por ejemplo, el ministro de salud de la provincia vino a la ceremonia de apertura y quedó muy impresionado con lo que vio.
Logrando a través de la confianza y la determinación
“Lo que hemos aprendido es que cuando fijamos nuestros objetivos y trabajamos resueltamente con confianza, sinceridad y determinación, podemos lograr cosas increíbles”.
“Cuando tuvimos nuestro primer acercamiento para acceder a los fondos de los Buchans estábamos dubitativos, incluso asustados, ya que el monto de la financiación era muchísimo mayor que cualquier otro que hubiésemos administrado antes. Sin embargo, hemos progresado hasta el punto de recibir fondos del gobierno alemán, facilitados por SD Alemania y acompañados por los Buchans – toda la red realmente ha permitido el desarrollo de una nueva visión sobre cómo proveer asistencia sanitaria en el contexto congoleño”.
Preguntas y Respuestas
Monica Clarke, fundadora de I Protect Me (Sudáfrica), preguntó a Papy cómo hacía el equipo para estar consultando de forma permanente a la comunidad, dadas sus necesidades cambiantes.
Papy, en su respondió que este proceso se desarrolla de forma muy fluida, así:
“Elegimos un Comité Comunitario de Salud que se encarga de supervisar las operaciones del Centro a nivel comunitario y se reúne mensualmente. El equipo de SD Congo lo consulta regularmente por teléfono y visita los lugares cada tres meses, pues debido a las distancias y los costos de desplazamiento, no es posible hacerlo antes. También, se hace contacto a través del promotor de salud comunitario que hace parte del equipo de salud de la zona, quien también se comunica regularmente con el equipo de SD Congo”.
“La comunicación es bastante fluida y es así como llegamos a identificar la necesidad para la siguiente iniciativa -los Centros de Aprendizaje Comunitario- porque caímos en cuenta de que, la necesidad en la comunidad iba más allá de la atención sanitaria, e incluía las oportunidades de aprender y/o desarrollar habilidades técnicas, prácticas y de negocios para que las personas y en particular las mujeres y las niñas, puedan mejorar sus medios de vida. Y así es como esta iniciativa surgió, de la comunicación permanente con la gente de la comunidad“.
Slimane Zergoun, de Argelia, preguntó cómo se desplazaba el equipo.
Dianteza explicó que, hace unos años, se llegó al punto en que la cantidad de trabajo que SD Congo necesitaba hacer no fue posible sin un vehículo. Otras ONG (organizaciones no gubernamentales) los observaban y decían: “¿Cómo es que hacen tanto, sin siquiera tener un vehículo?”.
Virginia añadió: “Nos resistimos por mucho tiempo, pero finalmente tuvimos que conseguirles un vehículo. Les enviamos un Honda-Pilot usado (de segunda mano). Es un coche sólido y cómodo y, afortunadamente, desde que lo tienen, pueden hacer más cosas”.
Virginia cerró la reunión agradeciendo al equipo del Congo, y pidiendo bendiciones para ellos, por el trabajo que realizan con mucha determinación en circunstancias muy difíciles.
Puede ver el seminario web completo aqui:
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