El 27 de febrero, el segundo de nuestra serie de seminarios en línea del Pasaporte de la Red SD -en el que nos reunimos con nuestros agentes de cambio, en un viaje virtual alrededor del mundo- nos llevó a Mis Corazones Alegres, un hogar para adultos mayores que lleva casi 15 años operando en Medellín, Colombia, y se caracteriza por su cálida atmósfera de amoroso y alegre cuidado para sus residentes.
Nuestra anfitriona, Isabel Cristina Rengifo, nos da la bienvenida, ella junto a su madre Matilde Orrego, fundó Mis Corazones Alegres (MCA) hace trece años para atender a adultos mayores que padecían diversas patologías. Isabel nos contó que la motivación para realizar esta labor le vino de su madre -una persona sin intereses personales- que fue enfermera, partera y psicóloga hasta su reciente jubilación.
Isabel Cristina resumió el panorama de la atención a la tercera edad en Colombia, explicando que el país está experimentando una transición hacia una población en su mayoría de la tercera edad que se enfrenta a mayores retos en términos de salud física y mental, y a una tasa creciente de demencia. En Medellín, donde nació el proyecto y estuvo funcionando hasta principios de este año, hay más de 600 instituciones que atienden a los ancianos, de las cuales sólo 120 están registradas legalmente y ninguna de ellas recibe apoyo del gobierno.
La MCA atiende a personas con Alzheimer (40%), depresión, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, deficiencia cognitiva y esquizofrenia. El costo de los cuidados lo pagan en parte los familiares de algunos de los residentes, pero la fundación aporta la mayor parte de los ingresos necesarios, principalmente mediante la recaudación de fondos y las donaciones que recibe.
Los servicios de nutrición, psicología y gerontología son prestados por diferentes profesionales, que están presentes durante 2 o 3 días a la semana, según las necesidades.
Mis Corazones Alegres se ha mudado recientemente, y nos invitaron a una visita guiada virtual por las nuevas instalaciones, situadas en el campo, en las estribaciones de la Cadena montañosa de los Andes, a una hora en coche de Medellín. Es una casa preciosa, ¡incluso tienen piscina! Sin embargo, no todo es tan idílico como parece, adaptarse a cómo funcionan las cosas fuera de la ciudad ha sido un reto.
Isabel nos contó que el proyecto ha tenido que cambiar de casa 8 veces en los últimos 13 años por diversas razones. Cada mudanza debilitó a la Fundación y la empobreció económicamente, y cada vez tuvo que luchar para volver a estar en pie, incluso teniendo que realizar renovaciones para cumplir con las estrictas normas gubernamentales una y otra vez. Por suerte, ha recibido donaciones y apoyo de los nacionales de Susila Dharma y otras fuentes para este tipo de trabajo.
Otros retos han sido la estabilidad del personal y la incertidumbre económica.
La visita terminó con preguntas y un debate, durante el cual Illène Pevec señaló que las investigaciones demuestran que la salud y el bienestar de las personas mejoran al estar en espacios naturales, por lo que era muy positivo que los adultos mayores estuvieran alojados en un espacio tan hermoso.
Entre los temas conversados estuvo la posibilidad de que la red ayude a la fundación a comprar su propia casa, para lo cual una fundación colombiana ha prometido parte de los fondos necesarios. La MCA tiene la primera opción para comprar la propiedad actual, que siendo rural está bien comunicada (vías de acceso) y es una buena opción como base permanente para el proyecto. Por la casa que actualmente ocupan, tendrían que hacer un depósito por el 30% del precio de compra, es decir, 70.000 dólares, y posteriormente, pagar el resto en cuotas hipotecarias mensuales, en lugar de seguir pagando un alquiler.
La grabación de todo el evento puede verse (principalmente en español) aquí.
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